Hay quien prefiere jugar en vivo y hay quien prefiere jugar online. Son perfectamente compatibles y la mayoría de jugadores hacen ambas cosas, pero hay una serie de razones que resultan muy convincentes para todos aquellos que se decantan por jugar desde la tranquilidad de su casa en vez de acudir al barullo del casino.
Ni siquiera hace falta salir de la cama
¿A quién le gusta madrugar? ¿A quién le gusta levantarse con el tiempo justo para llegar a tiempo adonde haya que llegar? Espero que a nadie. Es una tortura. Los jugadores de poker online son afortunados porque no se tienen que someter a estos convencionalismos sociales que tanto minan el ánimo de los mortales.
El mundo del poker se mide por otro rasero. No hace falta despertador. Incluso son muchos los jugadores que se quedan dormidos con el portátil en la cama, así que nada más despertarse lo único que tienen que hacer es abrir el lobby y ponerse a jugar. Sin levantarse, sin ducharse, sin lavarse los dientes… No es lo más aconsejable para sacar el máximo rendimiento, pero qué demonios, ¿a quién no le gusta quedarse pegado a las sábanas?
Un sueñecito y a seguir jugando
Los demás se convierten en tus esclavos
Ya sea jugando torneos o multitableando cash, cuando se juega al poker los descansos son muy cortos. Apenas da tiempo a ir al baño como para que dé tiempo a hacerse la comida. Hace falta alguien que se sacrifique. Los jóvenes tienen a sus padres, los adultos tienen a sus parejas. Los mayores problemas los tienen los solteros. Hay que buscarse una vida porque engañar a los compañeros de piso es un poco complicado.
Funciona como nivelador social
No importa cuáles sean nuestras virtudes y nuestras aptitudes. Existe una jerarquía social que coloca a cada uno en su lugar desde una edad muy temprana. Hay abusones y hay pardillos. Hay extrovertidos e introvertidos. Hay guapos y feos…
Así es la vida, pero el mundo del poker online no es así. Aquí se puede ser quien quiera cada uno: un superhéroe, una estrella del rock o tu futbolista preferido. Total, nadie se va a enterar.
Puedes ser un abusón del chat
Poco importan los musculitos en este mundillo. Qué mas da si eres un esmirriado o un cobarde. Aquí las reglas del combate son diferentes y uno no hace daño con los puños, sino acariciando el teclado con las yemas de los dedos. Si alguien ha jugado una mano como un fish y tienes ansias de venganza, puedes increparle desde la seguridad de tu hogar.
No necesitas un trabajo de verdad
El poker online no se trata simplemente de un juego divertido, es una manera de ganarse la vida, de ganar dinero contante y sonante. Si te va bien y eres un ganador, no tendrás que trabajar para nadie. Serás tu propio jefe y decidirás cómo, cuándo y en qué quieres invertir tu tiempo y tu esfuerzo.
Olvídate de la oficina
Puedes echarle la culpa a la varianza si te va mal
Uno de los aspectos más bellos de la intrincada mezcla de habilidad y suerte que hay en el poker es la facilidad para decir mentiras. Si sabes que eres un jugador nefasto, pero no quieres hacer daño a tu ego, simplemente puedes decirle a todo el mundo que has perdido por culpa de la varianza. Suele funcionar bastante bien.
Puedes decir que eres un crack aunque en realidad seas un paquete
Una de las grandezas del poker es que cualquiera puede lucir la corona del éxito a corto plazo. Esto no significa que seas bueno, pero puedes engañarte a ti y al resto diciendo que eres increíble.
Hay jugadores que no son especialmente habilidosos, pero que con un poco de suerte han conseguido labrarse largas carreras y ganar el dinero suficiente para mantener la farsa de que saben lo que están haciendo.
No tienes que hablar con nadie
No todo el mundo dice cosas interesantes. Es así. Normalmente, se pierde un montón de tiempo escuchando tonterías que realmente no nos importan. El poker en vivo es un juego con una fuerte vertiente social, pero en el poker online no tienes que hablar con nadie. Bueno, salvo con tu esclavo para que te haga la comida.